Publicado el miércoles, 28 de mayo de 2008

Carril bici


Al ayuntamiento de Valencia se le llena la boca con los kilómetros de carril bici que tiene la ciudad, y de los que pueden sisfrutar los ciudadanos. ¿Este tramo lo contarán? Es curioso, nunca me ha parecido ver a uno de los concejales en bici por la ciudad. Pues eso, que el carril bici, en alguno de los tramos, es una mierda.

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Publicado el martes, 27 de mayo de 2008

¿Somos racistas?

"No sé si llevar a mi hijo a un colegio público. Es que está lleno de inmigrantes y, ya se sabe, ellos no quieren estudiar, sólo hacer pandilla y ser unos matones". Está claro que la mayor parte de nosotros rechaza estas afirmaciones tan burdas, tan groseras, que se nos antojan incomprensibles y que nos repugnan. Sin embargo, ese sentimiento está mucho más enquistado en nuestra ¿conciencia? de lo que nos gustaría aceptar.

Hace una temporada que estoy medio enganchada a las tertulias radiofónicas (estoy intentando dejarlo, lo prometo, pero es que...) y tod@s coinciden en decir "España no es racista". No sé dónde viven, ni con quién se relacionan ni hablan, pero yo os aseguro que, en los últimos dos años, he oído afirmaciones del estilo de la que abre este mail casi de forma cotidiana. A gente que me rodea, personas aparentemente normales, más o menos formadas (vale, vale, ya sé que es una tontería lo del título universitario), personas como yo, con trabajos como el mío, de mi edad, que casi podrían ser yo. Francamente, de ahí a "Vienen a robarnos el trabajo y a violar a nuestras mujeres" hay un paso. ¿No os parece?

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Este post empecé a escribirlo ayer. Hoy precisamente he ido al cine a ver "It's a free world...", la última película de Ken Loach. Y trata precisamente de lo que intentaba explicaros ayer.



La cuestión es que somos tan ridículamente presuntuosos, tenemos una memoria tan corta y nos creemos tan absurdamente superiores a los que vienen de fuera que pensamos que podemos abusar de ellos y, lo que es más grave, resumimos nuestra relación con ellos a dos posibilidades:
- Son malos, no les entiendo, que se alejen de mí. (Viene a ser lo de "robarnos el trabajo y violar a nuestras mujeres")
- Les voy a dar un trabajo de mierda, pero lo hago por ellos, por hacerles un favor, porque sé que les hace falta. Y, claro, les pago menos... porque... porque... vamos, que yo soy buena persona, pero, claro, la seguridad social es muy cara y... y... al final... ellos... vamos, que les hace falta y yo les hago un favor y soy una persona excelente.

La cuestión es que somos unos malditos hipócritas, presuntuosos, nuevos ricos y eurocéntricos (no sé cómo decirlo: occidenteurocéntricos). Unos abusadores en potencia. Un pobre desesperado es capaz de machacar y exprimir sin problemas a otro que sea más pobre y más desesperado que él. Así de claro. Y, sobre todo, así de espeluznante. Os prometo que lo que me ha puesto la carne de gallina no ha sido la película, sino el hecho de haber reconocido en ella la maldita realidad. Una realidad que se parece mucho a lo que me contaba una compañera de trabajo hoy y que quizá os cuente un día si ella me da permiso. Y que da miedo y asco. A mí, desde luego, me repugna.

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Gato Robert

Flor

Publicado el lunes, 26 de mayo de 2008

Mariano Rajoy: el hombre solo

Estas últimas semanas se ha hablado por activa y por pasiva de la crisis interna del PP. Casi cada día, hay críticas, casi todas destructivas, a la gestión de Mariano Rajoy, a su capacidad de liderazgo y a su forma de organizar el partido. Lo penúltimo fueron las manifestaciones en las sedes del PP (¿dónde se han visto que los militantes de un partido se manifiesten contra su propio líder, por elegido a dedo que haya sido?). Y lo último el artículo de marras de Javier Elorriaga (que no pienso citar, ni reproducir, ni enlazar, ni leer siquiera).

¿Sabéis lo que a mí me viene constantemente a la cabeza? No las implicaciones políticas que pueda tener que el PP se decante por la línea dura (que se supone que representan Esperanza Aguirre, María San Gil...curioso tantas mujeres) o por la línea ¿blanda? (si Rajoy es "blando", no quiero ni pensar en los demás...), por interesantes y más o menos decisivas que puedan ser. No el debate ideológico. Ni siquiera la lucha personal (creo que, simplemente, es una lucha de personas, no de ideas). Ni aun lo interesante que resulta ver que en política lo más complicado, como se ha dicho, es administrar la derrota.

Lo que a mí sinceramente me viene a la cabeza es la situación de Mariano Rajoy. Su situación personal, quiero decir. ¿Cómo se encontrará? ¿En qué pensaría cuando llegó a su lugar de trabajo (la sede del PP) y se vio a esas personas, que teóricamente son de los suyos, increpándole, insultándole? Claro, quizá se pueda pensar que está recibiendo un poco de su propia medicina y quizá no le esté mal empleado. Pero, honestamente, es una situación que no le deseo ni a él.

Dan ganas de decir: "Joder, ¿no os gusta cómo lo hago? ¿Pensáis que podríais hacerlo mejor? Pues, coño, dad un paso al frente, levantad un dedito y decid 'yo sé hacerlo mejor' Y, si no, hostia, callaos y votad en el puto congreso de los huevos en Valencia". Pero esa forma de ir minando la moral, ese goteo de deserciones, de críticas, de comentarios crueles, dichos, además, sin decir, como quien no quiere la cosa, para que no pueda molestar. ¿Qué pasará por la cabeza de Mariano Rajoy? ¿Se irá a dormir llorando por las noches? ¿Qué le dirá a su mujer? ¿Qué les explicará a sus hijos?

No sé, básicamente, pienso en Mariano Rajoy el hombre solo. A mí me lo parece, sin duda.

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